Descubre todo lo que el yoga puede aportar a tu vida y no te quedes solo en la parte física.
En este artículo te enseño cómo introducir el yoga en tu vida diaria para que inicies un viaje de autoindagación que transformará tu vida para siempre aportándote serenidad y felicidad.
El yoga es mucho más que un ejercicio físico, el yoga es una filosofía de vida, una manera de estar y entender el mundo que cambia tu vida.
Este cambio o transformación es posible porque el yoga permite el control de la mente y de las emociones aportándote un mayor conocimiento de ti mismo, consiguiendo que tu vida por fin tome el rumbo que tú decides.
Sin embargo, este cambio no se produce de la noche a la mañana sino que lleva su tiempo por lo que tendrás que ser constante y permanecer atento a cada instante.
Los medios de comunicación y especialmente las redes sociales aportan una imagen muy sesgada del yoga, reduciéndolo a una mera actividad física que poco o nada tiene que ver con el autoconocimiento y el control de la mente y las emociones que supone la práctica del yoga.
Las posturas son la puerta de entrada al yoga en occidente, pero el yoga sin meditación, sin estudio ni autoconocimiento, es simplemente ejercicio físico, fitness o acrobacia. Está muy bien pero no vayas a esperar una transformación de esto.
Para que se produzca la verdadera magia del yoga hará falta que practiques con disciplina y autodeterminación y que hagas algunos cambios en tu estilo de vida.
YOGA COMO ESTILO DE VIDA
El estilo de vida del yoga te permitirá llevar una vida plena, saludable y sostenible. Y esto es así porque el yoga afecta a aspectos fundamentales de tu día a día. Entre ellos, podemos citar la práctica de ejercicio físico, la dieta, el descanso, la higiene e incluso aspectos morales que no se nos deben pasar por alto, pues son clave para alcanzar la serenidad y la plenitud.
Estos principios morales tienen que ver con el respeto hacia uno mismo y hacia los demás pero también hacia el medio ambiente y la naturaleza. Este es el primer paso que tendrás que dar si quieres comenzar el camino de transformación del yoga.
Asearse todos los días sin olvidar el cuidado de tu boca.
Tomarse tiempo para descansar, acostarse siempre a la misma hora y dormir las horas que necesites para levantarte con energía.
Comer de manera saludable. La dieta será básicamente vegetariana rica en frutas y verduras frescas y preferiblemente ecológica. Aprenderás a comer con moderación, no más de lo que tu cuerpo necesita. Con la práctica del yoga conseguirás permanecer atento a las señales de hambre y saciedad. Esto, junto con el ejercicio, te permitirá alcanzar y mantener tu peso ideal.
Mantenerse en forma a través de las asanas pero también de otros ejercicios como pasear o nadar. El maestro Iyengar nos recordaba la importancia de cuidar nuestro cuerpo con su famosa frase “Que tu cuerpo sea tu templo y las asanas tus oraciones”.
Mantener la mente calmada, controlar tus emociones mediante la respiración y practicar el pranayama y la meditación. Esto te permitirá comprender la impermanencia de todo en la naturaleza, y también de tus propias emociones.
Permanecer atento a cada instante, al momento presente y a lo que acontece dentro de ti y a tu alrededor pero sin juzgar simplemente observando. Esto te hará más consciente de la realidad.
Vivir en armonía con la naturaleza. Respeta el medio ambiente, consume lo menos posible, repara y recicla. Comprende que necesitas muy poco para ser feliz.
Practicar formas de ocio saludables como hacer ejercicio, charlar con los amigos o formar parte de alguna asociación que te permita hacer algo bueno por ti y por los demás.
Recuerda que el yoga requiere disciplina y una práctica constante. Si quieres convertir el yoga en tu estilo de vida debe acompañarte en tu día a día. Al principio supone un esfuerzo, comienza poco a poco y sé constante, luego se convertirá en un hábito. Deja que el yoga se funda con tu vida y pronto comenzará a formar parte de tu propio estilo de vida.
EL YOGA EN MI VIDA
El yoga ha formado parte de mi vida desde que era una adolescente, un día que por casualidad acudí con mi amiga del instituto a una clase gratuita que ofrecían en mi barrio. Yo nunca había oído hablar del yoga pero esta experiencia cambiaría mi vida para siempre. Comencé a acudir a clases de yoga y pronto comprendí la importancia de cuidarse para poder practicar correctamente. La mayoría de las personas a menudo me confunden con alguien más joven, supongo que esto se debe a que elegí el yoga como estilo de vida.
A continuación te muestro, a modo de ejemplo, cómo el yoga está presente en mi día a día.
Practico pranayama nada más despertar, esto me ayuda a estar relajada el resto del día. Anímate a probarlo, es algo excepcional.
Luego me levanto, me lavo la cara y los dientes y estiro un poco los músculos con unos saludos al sol, desayuno y ya estoy lista para afrontar una dura jornada laboral. Si en algún momento durante mi jornada me estreso, me tomo unos minutos para respirar profundamente y llevo mi atención a los músculos que normalmente se tensan, en mi caso los de la parte alta de la espalda e intento aflojarlos y relajarlos.
Cuando regreso a casa preparo algo de comida, siempre muy saludable y después dedico un tiempo para estudiar y escribir mis artículos. Esta tarea me resulta muy satisfactoria porque puedo ayudar a muchas personas a que tengan una vida más saludable y feliz.
Más tarde salgo a pasear o voy al gimnasio o a la piscina y después practico una secuencia de yoga que termino con unos minutos de meditación.
A continuación me doy una ducha, ceno algo ligero, me voy a la cama y agradezco todo lo que la vida me da.
Esta es la manera en la que el yoga y mi vida se fusionan, ahora debes encontrar la tuya. Si quieres puedo ayudarte con mis clases de yoga y mis sesiones de coaching de salud.
Termino este artículo con una traducción más amplia del significado de la palabra Namaste, que habitualmente traducimos como gracias y, con la que a menudo terminamos las clases de yoga, porque me parece interesante y sobre la que os invito a reflexionar independientemente de si sois religiosos o no.
Namaste
Venero al Dios que hay en ti