El hatha yoga es una de las disciplinas del yoga más practicadas en la actualidad, y la más conocida en Occidente. El porqué es sencillo, pues es de las más completas, ya que se centra en igual medida en cuerpo y mente.
Durante una clase de hatha yoga, trabajaremos fundamentalmente la fortaleza muscular, la elasticidad y la propiocepción a través de las diferentes asanas. Las asanas son las posturas corporales propias del yoga, cuya función es la de actuar tanto física como mentalmente.
Estas posturas tienen un gran efecto sobre nuestro sistema nervioso, ya que reducen el estrés y nos proporcionan estados de mayor serenidad y equilibrio mental. Pero también, tal y como mencionábamos antes, nos permiten alcanzar mayor fuerza muscular y flexibilidad mejorando nuestra forma física.
Gestionaremos, además, la manera adecuada de llevar a cabo el pranayama y la meditación a través de la respiración y la concentración.
El pranayama nos permite movilizar nuestra energía vital a través de la respiración. Una correcta respiración nos permite un aporte adecuado de oxígeno al cerebro, aumentando así nuestras capacidades. La realización del pranayama nos dotará de energía, consciencia corporal, memoria e intelecto, entre otras cosas.
En la filosofía del yoga la respiración es el vehículo de unión entre nuestra mente y nuestro cuerpo.
Controlando nuestra respiración, experimentaremos estados de mayor consciencia y quietud mental, lo que nos permitirá adentrarnos en la práctica de la meditación.
En estadios más avanzados de la práctica, trasladaremos pranayama y meditación a la misma asana, potenciando así los efectos del ejercicio del yoga.
¿Te gustaría que te ayudase a practicar el hatha yoga?